PALACIO DEL CONDADO DE TORRE-SAURA

(S. XIX – XX)

UN RECORRIDO POR LA HISTORIA A TRAVÉS DE UN PATRIMONIO FAMILIAR ÚNICO EN MENORCA

Mencionada por el Archiduque Luis Salvador de Austria en su obra Die Balearem como la mansión más hermosa de la isla, confluyen en la casa solariega del Condado de Torre-saura múltiples características que forjan la historia del condado a lo largo de 177 años en un reflejo del devenir de una ciudad entera. Una crónica marcada por relevantes acontecimientos protagonizados, de una u otra forma, por los seis condes de la rama De Olives que consagrados a su destino invistieron a Ciutadella de Menorca de episodios singulares y de un esplendor inaudito para tan pequeña isla.

La concesión del condado de Torre-saura a D. Bernardo Magín de Olives y de Olives en 1818 por el rey Fernando VII culminaba un proceso precedido por la unión de las antiguas familias Quart i De Olives, ya investidas anteriormente de ilustre prosapia. Desde visitas reales a los más nimios aconteceres familiares, el monumental palacio Torre-saura alberga un valioso patrimonio artístico, histórico y etnológico, vestigio de una peculiar encomienda familiar.

EL PALACIO

Situado en el corazón de Ciutadella, entre la calle Mayor y la plaza del Borne, el palacio de Torre-saura se erige en parte sobre la antigua casa Quart. Con planos de Ramón Gelabert e Ildefonso Hernández, en 1839 daban comienzo las obras del actual edificio en el que destaca la fachada del Borne, de estilo neoclásico con dos grandes logias de inspiración italiana sobre sus dos plantas. En la parte central compone el portalón para carruajes un notable conjunto escultórico en el que destaca el escudo del condado bajo corona de diez picos. Entre dos imponentes figuras de atlantes y flanqueado por dos quimeras aladas con cuerpo de león y cola de dragón, el blasón alberga los símbolos de los linajes Olives, Quart y Riudavets. Alrededor del escudo aparece el lema «olivas habebis in omnibus terminus teus».

Por su parte la fachada frente a la calle Mayor presenta mayor sencillez aunque igual esplendor. De sobrio equilibrio y gran simetría, acoge la puerta principal del palacio, enmarcada entre dos columnas cilíndricas de estilo jónico y culminada por el célebre y enigmático rostro velado, símbolo romántico de hospitalidad. En su interior, el palacio Torre-saura alberga espléndidos salones de dimensiones inusuales en Menorca, entre ellos el salón del trono, habilitado con motivo de la estancia en la casa de la reina Isabel II en 1860.

EL LEGADO

A lo largo de su historia el condado fue incorporando diferentes colecciones artísticas de indudable valor que hoy decoran sus salas. A través de la contemplación de las obras pictóricas, mobiliario, sus preciosas lámparas, ornamentaría y artes decorativas e incluso objetos de uso cotidiano como vajillas o carruajes, rememoramos la historia de una de las familias con mayor preeminencia de la isla de Menorca. Una historia ligada al devenir de unos tiempos convulsos para España y para la ciudad, en la que los diferentes condes de Torre-saura tuvieron un destacado protagonismo en la vida social y política de la época hasta prácticamente la desaparición del último conde de la saga De Olives en 1995.

Completa este patrimonio cultural un importante archivo histórico con alrededor de cien mil documentos que actualmente se encuentran en proceso de conservación, clasificación y registro. Su recuperación, al igual que el empeño en la salvaguarda del patrimonio artístico y arquitectónico del antiguo condado es, actualmente, objetivo compartido con los fines sociales de la Fundación José María de Olives y de Ponsich, Conde de Torre-saura (último conde de la estirpe De Olives), creada por el heredero de sus bienes, D. Juan Manuel Valero Fortuny.

LA FUNDACIÓN JOSÉ MARÍA DE OLIVES Y DE PONSICH, CONDE DE TORRE-SAURA

La Fundación, promovida en 2012, consagra su esfuerzo en primer lugar al favorecimiento de personas y familias necesitadas, actualmente a través de diferentes programas de colaboración con organismos públicos y privados dedicados al fomento del bienestar social en la isla de Menorca.

En segundo lugar, la Fundación, consciente de la importancia que actualmente suponen los bienes materiales e inmateriales que concurren en el acervo del condado, convertido en emblema del patrimonio cultural de Ciutadella y de Menorca, trabaja a su vez en la recuperación de unos bienes arquitectónicos, artísticos y documentales constituidos en símbolos inequívocos de identidad. A su conocimiento, disfrute y financiación se dirigen las visitas públicas que arrancan en 2022.

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